No hay caso. Uno intenta hacer las cosas bien y siempre puede salir todo al revés.
Hoy sí, me gano el premio al snob del siglo porque esto lo estoy escribiendo en una fiesta de año nuevo.
Ojalá fuera nuevo porque de nuevo no tiene nada. Los únicos que festejan hoy son los fantasmas del no 2007.
Qué hago acá en un rincón escribiendo en vez de bailar sólo tal vez lo responda la razón de estar escribiendo.
Suena Primal scream y todos me parecen marionetas. Soy un germen de nazi pero en vez de salir a matonear, escribo acá al lado de unas bicicletas.
Es chistoso ver bailar cuando uno está anestesiado no por drogas sino por no entender nada.
No se equivoquen, el no entender es lo que se interrumpe por un vaso roto de plástico.
Año nuevo de plástico. Nada bueno podía salir de algo así. Nada bueno puede llegar después de tomar en un vaso de plástico. ¿Cómo no me di cuenta antes?
Parece que no sólo se acabó el copete sino que algo líquido se aparece por debajo mío y por debajo de las ruedas de una bicicleta.
Ahora suena Jesus and mary Chain y me suena a canto de cuna y me suena a que el próximo Mayo cumpliré 33.
Ahora suena bowie después de que se cortara el computador riéndose de mí coreando lets dance.
Por suerte al que pone la música jamás se le ocurrirá poner ramones cantando ni let´s go ni ¿do you wanna dance?.
He vuelto gracias a que me acerqué a la mesa del sonido. Resulta que la batería del computador ya me la había hechado hace tiempo y no me dieron las ganas de estar sosteniéndola todo el tiempo con la mano derecha si tenía que escribir sólo con la izquierda.
Tercera vez que se me cae el copete por el vaso que está roto mientras el pasado me dice: ¿me das las llaves de tu casa?
Te doy las llaves de mi casa pero no sé para qué porque ya te has llevado todo.
Es de esos momentos de valentía en que uno no sabe que decir.
Diría muchas cosas para que no se vaya.
En casa de dj horca a la medida.
Todavía no me toca poner música pero es realmente chistoso que me parezca a comercial de cristal y que pueda mantener a la gente en la pista, menos a quien no debiera haberse ido.
Suenan los Pixies y vuelve a caer ron sobre mi polera. Nada menos rockero que eso. Nada más patético que un año que debiendo ser nuevo es más viejo que Pinocho.
Nada más la nada que esto.
Nada con menos vuelta atrás que esto.
Parece canción de johansen, lets dance with the nada.
The nothing de kweller.
The nothing de Sartre y de sastre. Ahora parezco Henriquez.
The nothing como ese temazo de Micah P. Hinson.
Esa the nothing que al fin y al cabo queda en the con puntos suspensivos o a veces suspendidos.
The de the the.
Qué ganas de ser un the the. Qué ganas de no tener que inventar ni pensar un predicado.
Que ganas de ser sólo un sujeto.
Me siento como si en cualquier momento vinieran a pedirme temas Woody Allen, Murphy y Groucho Marx.
Me siento como si esquivar el hang the dj de siempre no sirviera de nada.
Esta vez no hay forma de esquivar nada ni canciones que sirvan para cambiar de ideas. Esta vez es necesario firmar, con las suelas en el piso pegoteado de piscola, un año que ya no es el anterior.
Pero…. ¿por qué es nuevo?
Debiera haber garantía para retroceder hasta que el 1 de Enero fuera realmente nuevo como en el día de la marmota.
Debiera existir para cada Kate Winslet un Carrey con un bolsillo roto por el cual se cayó el cassete que era la prueba del olvido.
Qué mierda tiene de nuevo este año que es aún peor que el anterior?
Ok. Sí, tal vez sea una forma de ahondar más en esas pequeñas miserias que nos traen de nuevo a la realidad.
Está bien. Eso puede ser nuevo. Pero no me interesa.
Sabía que cuando me fui de mi casa a la fiesta de rigor no fue fortuito que se me cayeran 4 películas cuando buscaba una gorra.
No sé cómo sería posible hacer de la realidad un guión mínimamente decente que compitiera con cualquiera de esas 4 películas.
No importa. Quédate que algo mejor sucederá. Quédate que llegará más gente. Quédate que el 2007 recién comienza. Quédate que nada podrá ser peor que esto.
Tal vez si algo bueno pueda empezar en este 2007 es que ya no creo en esas estupideces y aunque siga respetándolas ya no les creo.
¿Quedarse?
¿De qué te salvará la novedad de una pregunta que no esperabas?
¿De qué te salvará mirar bailar a los demás?
¿De qué te salvará hacer bailar a los demás aunque las canciones que pones dicen mucho sobre la vida de los danzantes?
Si algo sé en este 2007, es que lo pasé increíble bailando con el parlante.
Incluso en algún momento olvidé que había dejado un ron sobre él o ella y cuando lo encontré quise creer que era un regalo.
Que el parlante entendía más que nadie ahí lo que sucedía. Que parlaba.
Que me fui antes de que empezara a contestarle y por eso esto está escrito.
Pero antes de retirarme lo más lejos de su presencia, entendí que aunque sostengan una fiesta y todos bailen a su alrededor están solos teniendo que hacer bailar.
No pueden callarse porque los cambian. No pueden titubear porque culparán al dj de que su mezcla es horrible y volverá a ser cambiado.
No pueden pedir descanso si es que los pies se siguen moviendo a su alrededor.
Están ahí para que se escuchen pero todo lo que dicen proviene de otro.
El día que mis parlantes hablen seré el primero en desconectar los cables que los obligan a amplificarse.
