Wednesday, May 28, 2008

tan tan tan



Falta el reality de la historia de cómo del polvo venimos y al polvo vamos. Una especie de Uma Thurman sin uñas dentro del ataud pero con cámara.
Resulta que hoy me entero que las 138 fichas de la novela que escribía Nabokov antes de morir definitivamente se publicará con el nombre de The Original of Laura porque aunque el autor de Lolita pidiera expresamente que todo eso fuera quemado, su hijo decidió publicarla y revivirlo haciendo de bombero.
La voluntad editorial está sobre la voluntad de los muertos pero ningún bonus track logra revivirte y reviven a los muertos comprobando que están más vivos que tú.
Y cuando vivir es tener que despertar a un muerto es que estamos en problemas.
Cuando los zombies nos enseñan a caminar es que debiéramos tenerles más respeto.
Cuando corremos maratones creyendo que lo imposible está a 10 km de distancia es que somos realmente idiotas.
Cuando destrozas tu vida para no ser como los que la tienen armada y pierdes el camino de vuelta eres aún más idiota.
Cuando crees que el inventor del lego es un lego te transformas en
ameba.
Al final no pasa nada. Al final el final no es ni un comienzo. Al final es todo como si te corrieran el arco.
Y te sigues repitiendo porque es lo único que te queda. La esperanza de que aún haya algo ahí que permita que te reinventes porque inventarte es demasiado costoso. Están los demás que se guardaron las migas que dejaste. Está el techo que te sigue mirando, el reloj que te hace seguir funcionando, están los playmobil que te rodean y están todas las pausas del mundo que quisieras apretar.
Están. Es tan fácil y tan terrible a veces.

Thursday, May 15, 2008

the saw massacre



Si hay días de la madre, del trabajador y del ocio y se cambian los feriados para que calcen con la agenda oficial, fundaré un país donde será posible quitarle días al calendario cuando tu mes fue demasiado terrible o inventar un mes que se llame en vez de Mayo menos yo.
Hasta se inaugurarán los meses de dos palabras.
Era un buen plan hasta escuchar algo llamado yesterday´s tomorrow del último de Tindersticks que hizo del tiempo un reloj sin pilas.
Tenía hace tiempo el disco por ahí y sabía que no quería escucharlo y las 2 razones que tenía para no hacerlo eran terribles. Era como si te dieran a elegir entre cortarte la mano izquierda o la derecha.
Una era que me decepcionara demasiado y la otra, que es la que finalmente tuvo la razón es esa que termina decepcionándote a ti mientras ilusionas hacer de la miseria y la tristeza por lo menos algo semejante. Algo que sea una obra y no una cosa angustiosa que obre en ti. Uno jamás será Stuart, eso está cada vez más claro.
Tu depresión no tendrá laureles sino que luchará eternamente con la sublimación pero no como en rocky sino como en pelea de barro.
Siempre al fin y al cabo uno muere por nada. Dan lo mismo los ideales o las razones que justifiquen el último respiro porque lo terrible es llegar ahí. Ojalá ese último segundo cambiará su lugar a veces por alguna de esas temporadas en el infierno que duran años y a veces décadas pero no de próceres sino decadentes.
Por suerte existen los que logran afilarle la sierra al diablo y siguen viviendo para contarlo y a veces hasta el diablo tararea sintiéndose interpretado. Dicen algunos que a veces con Stuart la usa de triángulo.

then it turned down down my feet
and the buildings and trees live with the wind
left me standing in a courtesy to scream
when i was stranger to everyone
and everyone was a stranger to me
if i could touch you down
and tell you all the things i never said
of how you hid those tears away from me
like i couldn't hear
for i loved you through this wilderness
i loved you through the shit
i loved you through the best times
and from the other side of the world

Esto me pasa por no haber jugado con enchufes cuando era chico y jugar a que salieran las arañas de la cueva moviendo la tela pero casi nunca quedarme a ver si salían.
Tal vez ese miedo a ver que pasaba con la tela te dejó para siempre en una.
Y no una de la ropa usada sino esa que se renueva más que la del walking closet de Cecilia Boloco.

Monday, May 12, 2008

holy day



Me dan ganas de llorar cuando en buenos muchachos dan clases de cómo cortar el ajo con gillette. Me parecía hasta épico cuando Marlon acariciaba el
gato con la mano.
Solía odiar cada uno de los estereotipos dirigidos a las mujeres en donde fuera, pero a veces, las ganas de ser sony o Joe Pechi y no Michael Corleone son demasiado gigantescas.
Es terrible cualquier milisegundo de complicidad con ellos y es fácil alinearse con los fáciles. Es fácil querer ser el Al Pacino multinacional de la 3 y no el de la 2.
Es fácil elegir entre el blanco o el negro pero es difícil saber que ninguno será
suficiente.
En el mundo donde las intenciones ya no existen sino sólo el arbitrio de los reyes magos uno aprende a medir a las personas en una lógica psicótica que sabes que te terminará dejando solo.
Y es ese solo que no tiene ni el acento del solamente.
Es una especie de patada en el suelo que le agrega al lonely el ness. Y si se trata de asociaciones libres es seguro que si aparece un Elliot no será Ness.
Es ese que se apellida Smith y que dijo tanto, que en vez de una coma un día puso un cuchillo.
Y allá van los piadosos intentando hablar de soledad y de que se extinguieron los demás y la verdad es que a veces nadie se mata por soledad sino tal vez por exceso de murmullo. Por un cuchillo intentando espantar los abejorros, la carroña, y su manual de nombre Carreño.
¿Qué diferencia hay entre escuchar voces o vivir de acuerdo a ellas?
Debería existir un pabellón de la explicitación para que metieran a todos los que no sólo escuchan sino que vociferan lo escuchado.
Estará permitida la teleserie hacia afuera como intento creativo si construyes cualquier hogar que no sea tu cabeza o puedes también hacer de eso un dialogo productivo. A cada voz un personaje y una estructura entre medio.
Hasta Dios tenia contestador automático en esa película de woody allen.
Que terrible es cuando hablaste tanto y te empiezan a hablar todos juntos haciendo una especie de club de toby y nadie entiende nada. Nadie sabe que hablar es a veces un automatismo donde mientras menos sabes más rellenas los espacios y los vasos vacíos. Y te discuten.
Y se unen estilo club de debates.
Y discutes y argumentas y ya hace rato que todo eso te importa una soberana nada, que nada perrito y lleva 9 meses de clases.
No entiendes el croll y eres un kroll y te ahogas con tu rol y te carga el sushi.
Y sigues dándole importancia a todo porque hiciste de Pedro y el lobo unos siameses que nacen y nacen en el mismo día eterno de un hospital san José en el día de la marmota.
Y naces no en el baño sino en el daño.
Y te despiertas en una incubadora con parlantes donde todos hablan.
Y de repente pasaste de probar a que te prueben.
Pasaste de adolescer a envejecer.
Y coleccionabas relojes y ahora ellos te coleccionan a ti.
Y hasta un solo de satriani se siente menos solo que tú y por suerte sigues pensando que es una pirotecnia china húmeda y con tanta mecha que no prende nada. Y hasta reírte te da un poco de culpa.
Ves en la multitud una multi tú y no hay caso. Da lo mismo volver a la primera segunda o tercera persona. Da lo mismo el cambio del ves al veo o al había una vez o al beso.
Una multitud de mutantes con buenas intenciones te atacan.
Te golpean con cuchillos de pescado, con codos mal ubicados, con futuros esperados y presentes depresivos.
Y no cejan sino que aconsejan y odias su seguridad motorizada e hipotecada. Odias que el éxito sea tan fome.
Odias a todo/as porque prefieres los odios que los oh dios pero te preguntas qué ganas cuando ganan los buenos muchachos.
Es un casi a veces. Es un no otras veces. Nunca un casino.
Hoy, aunque las fichas te ahoguen, las apuestas las hacen otros y eres daltónico para el rojo y el negro y manco para la ruleta.
No quieres la intuición como prisión.
Ni tele. Ni teletón ni reggaeton. Ni ton ni son.