Wednesday, March 24, 2010

coronación



Coronación se llama el disco y creo que aunque muchos quieran seguir no escuchándolo, ahora tendrán que empezar a escucharlo. Tendrán que decir por último que Cevlade es demasiado west coast o que lo que dice ya lo han escuchado demasiado.
O que odia mucho y dice muy poco.
Repetirán que sólo sabe quejarse o que depende demasiado de los demás para ser alguien, pero tendrán que mamarse “coronación” y por último marear algunas de las frases que ya tenían hechas.
“No vine a levantar tu fiesta ni a animar tu pub” dice cevlade y mientras lo dice, se manda un disco que no sólo no te tranquiliza con frases hechas, sino que hasta podría hacerte bailar diciendo “no vine para que brindemos con heineken” brindando con Heineken. Como si fueras una rubia tarada bailando “la rubia tarada”.
Y Cevlade estira la vara cada vez más y los que lo siguen odiando, la tienen cada vez más difícil.
Cevlade vuelve al pueblo de western del que nunca se fue ni fue suyo, sólo para echar a un par de hueones que levantaban magnums sin balas pero que lo merecían menos que él. Y si las canciones fueran balas, ni la CNI salvará a muchos, porque Cevlade esta vez, dispara desde aviones.
La última canción del disco llamada “mis principios no son show”, no sólo barre con todos los hits posibles de sandias o tiros de gracia, sino que los incluye a todos al mismo tiempo.
Esto ya no se trata del barrio marginal del hiphopero de la dicotomía de pensar o bailar. Tampoco se trata de que cuando Cevlade hable de bosques o ballenas se quede solamente en eso.
Ese pendejo que antes hablaba de cuadernos y se llamaba a sí mismo “el poeta maldito” casi a punto de suicidarse todo el tiempo, ahora no sólo putea ni sólo dice que los demás no se la pueden con él, sino que parece haberse querido adelantar un par de años a todo lo demás.
Sigue sabiendo que su cuaderno tiene cada vez menos páginas y se lo toma tan en serio que no quiere que nadie más escriba en él.
Y si cualquiera de los dos de outkast escuchara “el quiere volver”, lo querrían adoptar, por último para que les enseñe a decir “no eres más que un pobre hueón” de la manera que lo dice.
Cevlade ha logrado pasar del rap y volver al mismo tiempo al rap y ya no es de esa gente que podrás poner en la categoría de “amargo” o “ chaquetero”.
La pega le queda desde ahora a los demás y puta que no sólo a los hiphoperos, sino también a todos los que andan inventando horizontes.
Si tienen tan buenos audífonos, aca tienen un disco para estrenar el modelo que se viene.

Monday, March 15, 2010

mar en moto


No analices, haz cosas , te empiezan a decir las voces urgentes de la solidaridad que sólo salen a pasear y con correa en tiempos de catástrofe.
De un día para el otro, los pobres ya acostumbrados a todos los oleajes posibles fueron sepultados tal vez por el único del que nunca llegaron a desconfiar.
Los pescadores que siempre respetaron el mar hablándole en sus mismos códigos, ahora le temen porque ya no sólo ahoga sino que sepulta.
Salir a la mar ha perdido un poco su significado porque es este el que ahora ha venido hacia ellos. Volver a tierra, cuando ya todo es agua se vuelve algo ominoso.
La trilogía de la pobreza se empieza a desplegar entre víctimas, héroes y flaites.
Y basta un estado de emergencia para que sin demorarse tanto, los periodistas salgan a la calle a increpar a los que si les sacan la chucha serán filmados. Nunca antes el periodismo salió a la calle a defender tanto a sus jefes como ahora.
Nunca ha necesitado tanto de héroes y villanos donde baste ser pobre y honesto, para que te den una medalla.
Insólito: devuelven las media aguas, titula la segunda, cuando lo insólito es que basta que pasen un par de días para volver a poner a los pobres en su lugar. O más bien en el que les queremos dar. A vida regalada no se le miran los dientes.
La pobreza siempre ha estado presente pero sólo es entrevistable cuando aparece la naturaleza entre medio. Están palpico pero esta vez no es su culpa. Esta vez es la naturaleza la que los vuelve a excluir y no el sistema.
Por un tiempo corto, los héroes serán los sobrevivientes que no murieron, en vez de los que invirtieron y ganaron más plata. Los héroes no son los que tienen sino los que siguen riendo cuando ya no tienen nada.
Y lo más triste de todo, es que esta vez el ¿Dónde están? no se trata de lo que hiciste o no hiciste sino de algo más allá de nosotros.
Podemos culpar a la tierra pero la sensación es la misma. Los fachos que piensan que los desaparecidos “desaparecieron por algo” son los mismos que ahora nos ayudan a buscar a los muertos del tsunami.
Los militares en la calle para traer la calma a punta de escopeta son los mismos que para muchos son la imagen misma de la desaparición que ahora están para ayudarnos.
Y somos solidarios en las catástrofes, pero volveremos a cagarnos al del lado cuando volvamos a la realidad.
En Dichato hasta a los pacos les costaba no llorar cuando les preguntabas por una calle, tal vez no por no conocerla, sino porque muchas de ellas ya no indicaban nada ni te llevaban a ningún lado. La gente volvía desesperadamente a sus casas a buscar algo que les permitiera seguir reconociéndose cuando ya no quedará ni la nada. Una mujer intentaba arreglar una puerta de una casa que ya no existía. Otra hojeaba un álbum de fotos de una familia que no era suya y lo botaba porque sólo le serviría al que ahí guardara sus recuerdos.
Muchos decían que la luna ese día iluminaba absolutamente todo y que los cerros fueron una especie de estadio para ver la catástrofe como si estuvieran en un estadio. Un arco de futbol sobrevivía aún haciendo todo más macabro.
Una niña evangélica encontró su guitarra y una biblia prácticamente igual a como eran antes y a su perra esperándola en la que ya no era su casa y en la puerta que ya no era puerta después de 3 días.
La valentía y la solidaridad que vi en los campamentos me hizo sentir una hormiga y pienso que ojalá ese Fuerza Chile no se quede ahí en este sólo maremoto sino en cada uno de los que se viven a diario.
Que ojalá no nos alarmemos sólo cuando suena la alarma.
Que no sólo nos preocupemos de los que no tienen nada cuando ya no tienen nada.
Justicia en vez de tanta caridad asquerosa y Francisco, en vez de Don Francisco.