Saturday, March 15, 2008

fago cito



Cuando los días son más pesados que tus párpados reza a dios por haber nacido amando el maquillaje para que por lo menos un gato pueda darte una manito.
Cuando salgas a bailar ojalá que tus pies no quieran canciones marcadas. Ni ases, ni pasos Michael hacia atrás, ni nada que vuelva a sonarte como esas repeticiones que en realidad son puros automatismos.
Ahora sí que ya me la aprendí. Ahora sí que me sale bien. Ahora sí que pueden verme. Ahora sí que todavía este bar está de moda.
Y lo peor de todo es que al fin y al cabo el amargo termina siendo uno.
Hay gente que ya nace con enemigos y hay otra que pierde el tiempo inventándolos.
Y lo peor de todo es que hace ya mucho tiempo la sopa dejó de ser mala porque para tu madre lo era. Que poco diferente se es cuando necesitas de ese otro distinto para serlo.
Y mientras más necesitas, más profunda es la pala que no quiere cambiar de tierra.
No te basta con enterarte sino que quieres enterrarlos.
Sería cualquier cosa más fácil que tener que ir a sufrir donde los demás celebran. Te fascinaría ver lo absoluto de lo ajeno sin lo absolut de lo privado.
En el fondo ilusionas saber lo que no sabes en negativo.
Eso no soy.
Eso no quiero.
Ese gesto no me calienta.
Y en realidad no debieras estar ahí.
Si es navidad te lo dicen hasta las luces del pino.
Si quieres silencio todo te confirma el silencio pero diciendo shhhhhhhh.
Si escribes en horas imprudentes es porque a veces prefieres la grafía que la coreografía. Y te cansa también rayar el disco cuando debieras en realidad rebobinar con un lapiz bic.
Recordar la paciencia de imaginar lo que escucharás mientras gira eso que aún manejabas tú.
Y sobre todo eso que te maneja y que usa de bencina odio.
En el fondo sé que odio los diarios de vida pero los hago.
Odio a veces a la gente de los bares pero estoy ahí.
Me emborracho intentando ser distinto pero soy peor.
La única diferencia es que llego a escribir para creer que no pertenezco a eso.
Y es cierto, pero eso no significa nada porque los que duermen, aún siendo estúpidos, descansan.
Yo intento descalzarme, desclasarme, merendarme, arrendarme, amordazarme, desarmarme mientras la ciudad duerme.