Monday, August 22, 2011

Confesiones de un barman


Tengo un palco que muchos desearían. Tengo el poder de negar una copa en el momento menos oportuno para hacerlo. Soy como la Copec cuando decide subir el precio de la bencina.
Todo esto comenzó una vez que le dije a un cliente lo que debe haber sido uno de mis primeros consejos.
Me contó que últimamente le costaba cada vez más volver a su casa y que llegar de noche a ella era como salir de un bar y entrar a una iglesia. El tema es que entre medio de sus excusas y las llamadas de su mujer, le dije que no se preocupara tanto, porque la noche es una ficción.
Le dije que ni lo que decía acá ni lo que pasaría allá era una verdad absoluta.
Uno de los clientes habituales, que es escritor, al escuchar esta anécdota me prestó un libro de Juan José Saer que dice algo así como que la ficción no vuelve la espalda a una verdad objetiva sino que se sumerge en su turbulencia.
Nunca estar solo es una de las virtudes del barman sin los costos morales y legales de los dealers.
Me he querido salir de atrás de esto que a veces es una prisión y que no se parece en nada a esa película horrible llamada Coyote ugly. Acá en general no hay minas ricas ni finales felices. Es más, los que llegan acá es porque los siguen buscando sin saber que en general la galleta de la suerte no está dentro de una botella.
Es desde que me di cuenta que la noche es una ficción que empecé a interesarme por las ficciones que se construyen del otro lado de la barra ayudadas por lo que yo sirvo de este lado.
Un bar a veces es como un búnker en una ciudad sitiada del que no se quiere salir por miedo a lo que pudiera suceder.
Confieso que me gusta ser testigo de los miedos que los que llegan a tomar e intentan lentificar en la noche.
Casi diría que usualmente ejercito la piedad al saber que el trayecto de la vuelta a casa los cacheteará con la realidad. Los after hour son un síntoma de la necesidad de hacer más lenta la caída.
Disfruto enormemente creerle a ese cliente que una vez me dijo, robándole una frase a uno de sus grupos favoritos, que el barman tiene el don del perdón.
Basta escuchar para entender que llegan a hablar. Y en mi caso, no esperan que esa sea una de las razones por las que nunca he deseado otra cosa que quedarme detrás de la barra.
No esperan ni se imaginan que escuchándolos he aprendido a escucharme a mí mismo.
Es así como creo tener un aprendizaje en el arte de conocer a la gente
Sé discriminar cuando alguien viene con su novia, con su amante o con un proyecto futuro.
Sé cuando alguien se hace pasar por caballero y es un hijo de puta.
Sé cuando un pedido de un último trago es una excusa.
Sé cuando alguien bajo la excusa de olvidar viene a recordar.
Sé cuando una pregunta es una verdadera duda o un intento de confirmación de lo que ya se había pensado de antemano.
Sé que al igual que los locos, los curados tienen varias verdades que deben ser contadas.
Verdades que cuentan mientras dejan en la barra cartas notariadas, ampolletas, cortes en trámite, titulares que ya se cansaron de hablar con su señora y confesiones, que no sé si me hacen porque soy una cara demasiado conocida, o porque en vez de ser barman debiera haber sido tal vez cura.
No lo soy pero a falta de otra palabra, tal vez el destino me ha puesto en el lugar donde muchos vienen a buscarla. Y si jugáramos un poco con las palabras tal vez mi vocación se equivocó por un error del diccionario porque por lo menos puedo decir que muchos sí salen curados.
No esperen en el futuro de esta columna algo copuchento porque al igual que un psicólogo, un abogado o un cura, la pega de barman se toma en serio el respeto de la privacidad del que confiesa.
Aunque tal vez en el juego de la confesión yo tenga mejores cartas, ya que soy el dueño de uno de los mejores sueros de la verdad que se ha inventado.
No esperen interpretaciones sociológicas porque la realidad es siempre mucho más interesante que intentar explicarla.
Acá la realidad es tan simple como saber que las penas no se ahogan nunca en un vaso, más bien flotan borrachas.
Lo último que puedo decirles por ahora es que no hay mejor palco que el otro lado de la barra para tomar el pulso de lo que uno es, ha sido y quiere ser.
No hay mejor butaca que una cara reflejada en un vaso recién servido

Friday, August 12, 2011

La nueva lesbiana my ass; reivindiquemos al camión sexy (de Las Horregias)



Asegúrese de leer esto primero: http://www.theclinic.cl/2011/07/25/%E2%80%9Clos-hombres-no-pueden-entender-que-una-mina-pueda-vivir-sin-un-pico%E2%80%9D/


Desde el pre-kinder, varias mijitas ricas nos han rechazado y lo siguen haciendo sin piedad. Nos han dicho que preferirían pololear con un pariente, que somos más feas que un nublado, o más malas que final de cumbia, entre otras respuestas a nuestras promesas de amor eterno, o a la insistente petición de un beso por pena.


Cuando pasamos al formato fiesta nos quedó la cagada en la vida; largas horas comiendo maní en la esquina, observando babosas la pista de baile, inquietas por ser incluidas aunque sea en el trencito, y nada. Las mijitas ricas permanecían indiferentes ante nuestros trajes espectaculares y calculados para seducir. Volvíamos a casa derrotadas, recordando los momentos más emocionantes, como cuando la rucia ceja-espesa de la Coniflor nos robó el copete y se lo dio a la Glorita, que estaba como quería y usaba peto. Fiestas tristes, donde la guachita que nos gustaba se agarraba a todos menos a nosotras. Hasta que llegamos al Máscaras, también conocido como Maracas, un lugar fenomenal ubicado justo a la salida del closet para los camiones de mi edad y que podríamos clasificar como Pre-Hoyo (la disco que queda abajo del GIA). Fiestas llenas de camiones, señoras y jovencitas, también fems que bailaban estos exitos:

http://www.youtube.com/watch?v=u_hFhRgRdRQ&ob=av2e
http://www.youtube.com/watch?v=YLCWOxraLAg
http://www.youtube.com/watch?v=kvDMlk3kSYg
http://www.youtube.com/watch?v=JzRFPxEeK5k

Y fuimos parte de una fiesta que no entra en las Realidad Paralela, eventos que pelaremos jevi a continuación.

Ayer, la directora Yoranza, nos compartió una entrevista que salió en The Clinic online. Se trataba de una galla regia , Flavia Gonçalves, una Halle Berry que organiza fiestas exclusivas para, según ella, "las nuevas lesbianas". Estas lesbianas nuevas de paquete son pitucas, tienen buen gusto, son independientes, ojalá modelos y por sobre todo, BIEN FEMENINAS, y claramente gustan de otras lesbianas iguales. Lo terrible, es que hasta que Flavia sacó las fiestas, no había lugar donde estas lesbianas perfectas pudieran zampar. Realmente una calamidad que gracias a Dior y a la generosa tribadista, Flavia Gonçalves, tuvo un final feliz. Además, junto con presentarnos a estas sílfides lésbicas y su gusto por encerrarse a bailar en secreto con sus propios clones, Flavia habló como el pico de los camiones, y esa hueá nos dio harta rabia. Le mostramos el artículo a encantadores y deliciosos camiones, como también a caza-camiones y se enfurecieron. La presidenta y la presidenta subrogante del Fanclasma, nuestro fanclub, ambas caza-camiones reconocidas, se mostraron molestas y nos enviaron cartas pidiendo explicaciones por nuestro silencio ante esta terrible homofobia interna. Así que por medio de esta carta, mostramos nuestro repudio y esperamos reivindicar al camión como bomba sexy, al que nadie debería negarle la entrada a ningún lugar por ser machito.

Debería saber, por ser de la isapre, la señorita Monçalves, que una mujer puede ser lo que quiera; una mujer puede ser mujer mujer, mujer hombre, hombre, eeeeeeetcccccc., y nadie puede andar dictando cátedra de como debe ser. El modelo que propone suena horrible, es como sacarle brillo a lo feo para que no lo sea tanto, "Ay, si soy lesbiana me gustan las mujeres bien mujeres, no los camiones toscos y violentos, que sacan lo peor del hombre, y para eso soy hetero". My ass, Flavia Gonçalves, tribadista selectiva por no decir discriminadora, muajá.

Hoy en día al camión le importa un pico ser camión y se sabe rico. Pareciera que la Shane, el camión exquisito que salía en The L Word ayudó a harto trucker a sentirse más seguro y a lucir su masculinidad para conquistar a otras guachitas. Me imagino que a este ejército de lesbianas homofóbicas esto les pareció una aberración y les dio "ene lata", porque las fiestas se llenaron de viriles camioncitos, y ojo, algunos eran "súper Tchulos" y hasta andaban con la polera del colo. Y qué tanta hueá si gozan del fútbol.

Así que para que el Fanclasma carretee tranquilo, aprovecharemos nuestro gran evento de lanzamiento el 1 de octubre, para inaugurar nuestro espacio de baile, la Tractoshine, a cargo de Dj Freightliner, donde TODOS serán bienvenidos a gozar de la libertad de ser lo que se les pare el hoyo. Pronto publicaremos más información, el afiche, y todas las sorpresas que estamos preparando. Obviamente, la señorita Flavia Gonçalves está invitadísima y si quiere puede trasladar a su ejercito de lesbianas pulcras a nuestra fiesta para que descubra que está puro hueveando.

Somos tan horrendas que somos regias, somos horregias. Somos camionas y fems, y no toleramos la homofobia en ninguno de sus formatos.

Con cariño y repudio,
Feocia, camión, tipo tractocamión.
Horridia, camión mediano, tipo camión de fletes.
Nefasta, camioneta, tipo camión tres cuartos.
Olga R. Gola, monager de Horregias, y Fem madura.