El hombre es el mejor amigo del perro
Otra vez la queja.
Otra vez el traje del intolerante me queda a la medida.
Otra fiesta perdida en donde las caras felices me hacen pensar en que estoy equivocado.
Otra vez más de lo mismo y otra vez testigo de los pies domesticados de los otros y otra vez pasa que no quiero que me digan qué es lo bailable.
Criticar también es bailar el ritmo del renegado. El ritmo del que se fija demasiado.
No saber qué se quiere bailar y querer hacerlo aunque no se sepa que se baila es fascismo esta vez vestido de snobismo.
implica en general que uno quiere “ser distinto” mientras “los iguales” tienen la repetición de su lado.
Es que siempre ha sido así. Es que esta la bailabamos desde el colegio. Es que tengo “placeres culpables” “Es que perrear la lleva” “ Es que no es mi culpa tener menos cerebro que un perro”.
Es que tal vez Billy Idol tenía razón y cuando decía “dancing with myself” era porque sabía que la receta de la salsa no puede cambiarse fácilmente sin dejarte sin ganas de comer.
Tal vez por eso se quedó perreando solo.
¿Quiere perrear conmigo mi chanchi?
2 Comments:
O sea a ti te gustaría estar en una cabina a 3 metros del suelo a la que pudieran acceder sólo quienes están de acuerdo con tu perspectiva musical? Es una posibilidad.
Bueno, igual me gusta la música que pones.
hang the dj hang the dj hang the dj
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