Tuesday, April 03, 2007

NO OLVIDEN QUE ESTO ES FICCION



Siempre quisiste volar y sentir el grito de horror de otros. ¡Este es el momento! No te dejes llevar por tu pobre condición mortal de la que tanto reniegas y acepta que pronto estarás muerto. Es el precio a pagar, aunque tú siempre dijiste que más bien era un placer. ¿Los escuchas? Perdón, ¿Los oyes? ¡Están gritando! ¡Y son carcajadas! Sabes que los ruidos que oyes-Igual que todo lo demás-Son tu propia imaginación. Te estarás preguntando junto conmigo por qué te imaginas carcajadas entonces. La respuesta te debe estar llegando en este momento…..igual que a nosotros. Y te sientes estúpido(nosotros acabamos de experimentar la empatía y provocamos tu envidia). ¿Qué tal ser el objeto de la empatía? No eres el único que puede….te acaba de vencer un estúpido pedazo de papel.
¡Pero sujétame bien! No dejes que el viento me lleve, y termina de leer. No luches con tus compulsiones: Ya no hay vuelta atrás.
Eso te gustaría: Que no hubiera vuelta atrás. Pero me burlé de ti al confirmártelo: me retracto. Sabes que sí hay vuelta atrás. De hecho ni siquiera hay vuelta, pues sigues donde estás y donde siempre has estado.
¿Y dónde estás? En el aire(esa ambigüedad me llegó a dar risa). ¿Y quién te escribió esto? Olvidate de que no era para ti: Por supuesto que era para ti. Si por eso abriste el sobre y jugaste al amigo secreto.
Fue una buena jugada dejar pasar un tiempo, provocando así el máximo de olvido. Quizás con suficiente tiempo, podrías olvidarte de todo el texto y experimentar al máximo el dolor de la humillación, que es el que tanto te gusta(el que más te gusta). La tensión entre experimentación-apuro es la regla: Mientras menos te apuras, más experimentas. Si ahora sientes placer(dolor), te apuraste poco; si el placer es extremo al punto de lanzarte al vacío, te demoraste mucho. Si el placer es poco, el dolor es simplemente aquel del que no te gusta, porque no hay humillación: te apuraste demasiado. Espero que estas simples reglas te ayuden para la próxima vez.
Tendrás que aceptar que tú mismo trazaste esta historia, tú mismo escribiste esta estúpida carta para darte lástima cada vez que quisieras, y cada vez que nadie estuviera ahí para dártela. La perrfecta máquina del dolor. Lo paradójicamente terrible (y lo terriblemente paradójico) es que si se te olvidan hasta las reglas, puedes cometer una locura. Es tenue la línea entre la demora excesiva y la demora excesivamente excesiva.
Esta última puede provocar una tragedia: Puede provocar que de verdad dejes el papel, y la caída se haga cierta. Y entonces, ¿Quién va a jugar conmigo?

0 Comments:

Post a Comment

<< Home