Thursday, February 22, 2007

la cosa tiene su gracia, ya tenemos idolos. No me monteis la batallita de ver quien es mas punky



No sé qué hacer con los sensibles.
Deberían caerme bien porque sienten las cosas supuestamente en serio.
Últimamente más que eso, lo que veo es un fascismo recubierto realmente insoportable.
Todo les llega, todo coquetea con las profundidades. Todo me recuerda una mala copia de River Phoenix.
Ojo que los sensibles no tienen necesariamente que ver ni con paseos por el bellas artes, ni con aficiones peluqueras ni con tener buen gusto.
Prefieren ofenderse a enojarse.
Prefieren la cara hacia adentro que hacia fuera.
Suelen hacerle a la arruga y a no terminar ciertos libros porque son tan sensibles que no los pueden terminar.
Son los anti Billy Cristal en Cuando Harry conoció a Sally, que comenzaba a leer los libros por el final por si se moría antes de terminarlo.
No los confunda y a no ser que ande en un día demasiado piadoso aléjese de ellos.
Son peores que los metrosexuales, porque estos por lo menos suelen ser tan vanidosos que se defienden y en ese acto permiten una discusión o por lo menos una cierta resistencia.
Mi radar ante los sensibles muchas veces se prende cuando me acerco a la tierra de la fomedad.
En primer lugar suelen acercarse a ciertos tipos de sensibilidad y no a otros lo que me da mucho que pensar.
En segundo se creen que uno con ellos debe actuar como si estuviera ante la reencarnación de Buda.
3ro. Odio como respiran como si en realidad te hablaran.
4to. Suelen tocarte.
5to. Me caen mejor los neuróticos que sufren un poco su cuerpo.
6to. Cada vez que aparecen en público es como si te hicieran un favor.
7to. Dan más consejos que alcohólico anónimo en su 6to año de aniversario.
8vo. Y los consejos suelen siempre expeler un cierto aire de alguna de estas 4 trinidades:
Coelho, Castaneda, Osho.
Krishnamurti, Kill Bill, Kurosawa.
Feng shui, arte marcial y algún transpersonal de moda.
Abandona a tu ego, abandona tu ego, deja tu ego de lado. Te lo digo YO.
Nunca me han gustado los trios y si algún día me gustaran preferiría otros.
En todo caso parece que amo la materia.
Parece que sí creo en la “mística” pero jamás le podría poner un nombre.
En todo caso sí creo entender el por qué del perfeccionamiento en defensa personal de muchos, no ya de los sensibles sino de los místicos, ya que pueden volverse tan insoportables que están obligados a defenderse.
Recuerdo cuando Maradona dijo una vez, estoy más solo que Kung fu y es cierto.
David Carradine siempre se iba solo con su bolsito hippie y no necesitaba séquitos. No hablaba ni hacía gestos demostrando que el no hablar la lleva.
No hacía clases sino que la mayor parte del tiempo caminaba.
Tocaba una flauta hecha por él y no comprada en New York.
A veces pasaba hambre y no conocía el sushi.
Era un desadaptado y no pensaba todo el tiempo en encontrarse a sí mismo.
El silencio muchas veces era eso y no una eterna enseñanza.

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