Monday, September 24, 2012

Treme: La última diáspora norteamericana




Después de hacer una de las series más increíbles de la historia, The Wire, David Simon vuelve a maravillar con Treme. La fascinación por el barrio y lo que podríamos llamar “lo geográfico” sigue latente: si en The Wire era Hamsterdam, en New Orleans es Treme.

En The Wire el hilo conductor era la política y sus múltiples apariencias, en Treme es la música desde donde Simon se agarra para construir un discurso sobre lo que significa la reconstrucción de un lugar devastado. Para Simon no hay un Capitán América que salve a New Orleans de su ruina: el huracán Katrina no es algo que le ocurrió a Estados Unidos, es algo que le ocurrió a New Orleans y la historia se cuenta desde ahí. Es desde ese Estados Unidos apartado que Simon retrata un país que queda fuera de la postal y que jamás está construido por un discurso hegemónico ni está contado por un personaje principal. No hay alguien que cuente la historia porque la verdad no le pertenece a nadie sino que se construye coralmente. Para Simon la hegemonía suele estar en la política y en los medios que tratan de convencer de que hay una sola verdad. Simon lucha contra esos lugares comunes, pero sin un líder que tiene la verdad, sino que nos muestra algo que una vez dijo Juan Jose Saer de esta forma: “Al dar un salto hacia lo inverificable, la ficción multiplica al infinito las posibilidades de tratamiento. No vuelve la espalda a una supuesta realidad objetiva: muy por el contrario, se sumerge en su turbulencia”.
En Treme también se nos muestra cómo New Orleans se ha transformado en el destino paradisiaco del turismo de la devastación, pero también se nos muestra la dignidad de el New Orleans que jamás se dejaría transformar en zoológico humano.

Para Simon, esta dignidad es acarreada de generación en generación a través de la cultura local y es por esto que la reconstrucción en Treme no viene en forma de ayuda externa, sino que desde adentro y específicamente desde la música, la comida y los rituales creole. En Treme, si hay algo que no se llevó la inundación, es la memoria musical. Es casi lo único que no se ha perdido o que no puede quitarles la política. En Treme, los músicos se prestan instrumentos y rearman grupos más allá de la política de turno. 
Músicos que vuelven, músicos de la calle versus los que todavía consiguen tocar en los pocos bares que quedan, músicos que se fueron a tocar a New York; gente que baila en las calles y que su religión más grande es el Mardi Gras; hijos que vuelven a escuchar la música de sus padres y padres que cambian sus prejuicios escuchando lo que están haciendo sus hijos, estas son algunas de las formas que toma la reconstrucción de un lugar arrasado por la tragedia, pero que culturalmente siempre asoció la muerte con una especie de carnaval.



Algunas películas en torno al huracán Katrina y Nueva Orleans:

When The Leeves Broke: A Requiem in Four Acts (Spike Lee, 2006)
Katrina Diary (Justin Pearce, 2006)
New Orleans Music in Exile (Robert Mugge, 2006)
Wade in the Water (Gabriel Byssbaum y Elizabeth Word, 2007)
Trouble the Water (Carl Deal y Tia Lessin, 2008)
Walking on Dead Fish (Franklin Martin, 2008)
Faubourg Treme: The Untold Story of Black New Orleans (Dawn Logsdon, 2008)
El curioso caso de Benjamin Button (David Fincher, 2009)
Teniente corrupto (Werner Herzog, 2009)
Mine (Geralun Pezanoski, 2009)

El soundtrack completo

 http://museudelrock.blogspot.com.es/2012/09/diecinueve-horas-con-treme.html



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