La balsa de E.T

Muchos pensarán que siempre fui igual de evasivo e idiota pero ahora me doy cuenta que la comunidad virtual mal usada te hace más idiota.
O por lo menos recién ahora que no tengo Internet en mi casa las noches son noches y no no querer dormir buscando a todos los cyberdrogos de la estratósfera.
Ahora me doy cuenta que mi pieza es un desastre. Me doy cuenta de que mi perra y gata no tenían cómo entender el hecho de estar mirando una pantalla buscando las razones necesarias y suficientes para seguir haciéndolo. Claro ahora lo estoy haciendo y después de terminar esto iré al cyber a subir esto y mandar un guión pero después hay una vuelta a casa que te deja sin razones para seguir pegado.
Al fin y al cabo me he enfrentado con el sinsentido de buscarlo para dejar de mirar el techo. Para no elegir una película. Para no ver qué libro quiero leer. Para no darme cuenta que no tengo nada más que hacer o ya he hecho lo suficiente por hoy.
Una vez leí que Nietzsche, y no es un invento de él, decía que había que creerle a la angustia y no tenerle miedo. Tal vez porque sabía que por ahí se asoma la verdad.
Y ahora creo que enfrentarme con el aburrimiento o esa nada que flota y no nada no desaparece escribiendo de ella ni menos conversando después acerca de lo que se escribió de eso.
Vivir mensajeándote y masajeándote con el mundo a veces es lo más lejano a un mensaje. Y no quiero engañarme creyendo que uno es menos naúfrago porque el mensaje ya no flote en una botella sino en redes dispuestas a conectarte con la tierra habitada por otros.
El E.T que soy a veces esta vez llama y llama a casa pero nadie contesta.
E.T quiere decir phone home pero recibe ese mensaje de Lost que se repite eternamente.
Y no por eso esta vez hará todo lo posible porque lo reconecten.
¿Reconectarse a qué?
Es primera vez que no le creo a Bacharach cuando escribío a House is not o home porque esta vez justamente vivir en una house la ha hecho una home.