Thursday, April 13, 2006

the boy with the love in his side

Cómo saber que eso que uno quiere cambiar en alguien no es lo que más nos gusta y que si cambiara nos costaría más de la cuenta hablar del amor.
Desde que tengo uso de razón he odiado las puestas de sol, sobre todo porque sé que lo que espero se va a cumplir y que justamente por eso funcionan las postales significando lo que ya ha sido significado y más que interpretarme me da risa o angustia de su facilidad.
Por eso creo que al amor se lo han cagado tanto que si existiera se cambiaría de nombre o se divorciaría de cada persona que lo nombra. Si el amor es una ilusión no puede ser una postal, pongámonos de acuerdo.
Se han hecho tantas cosas en su nombre como por la palabra religión y seguimos creyendo que si siguen pasando los siglos en algún momento llegará la tranquilidad, cuando sería más simple pensar que esos lugares últimos por los cuales pensamos y matamos sólo existen como la ilusión de lo que nos gustaría ser, pero en la medida que existe sólo como horizonte de lo que somos y no somos.
Por lo tanto escapa a ser fotografiado o pintado e intentamos ser como esos paparazis que capten el momento justo sin la seguridad de ganarse el pulitzer o agarrarlo en el momento justo.
¿Cuántas veces uno ha actuado en nombre del amor y ha desatado las peores odiocidades? ¿Cuántas veces nos hemos avergonzado de algo que para el otro ha sido un signo de enamoramiento en el sólo hecho de mostrarnos inútiles con una buena razón?
¿Cuántas veces nos hemos hecho las víctimas sólo porque creemos que funcionará?
¿Cuántas veces nos hemos hecho los sensibles dominados por nuestros sentimientos mientras al mismo tiempo pensamos en si estamos surtiendo efecto?
¿Cuántas veces hemos visto metaleros bailando madonna porque el medio es su excusa cuando no les sirve la de la borrachera?
Si lo que creo que puede ser un plural es sólo un intento político de inventar un plural y creer que sé lo que la "gente quiere" pido mis disculpas y paso a ejercer mi dictadura de la escritura, que en realidad es la dictadura de lo que soy sobre lo que creo que puedo o quiero ser y que entre tanta palabrería sólo intenta responder a la mujer que quiero y a esos momentos de soledad en donde escribir es creer que le hablamos a alguien.
Si pudiera llamarme músico escribiría una canción a ese alguien que está más allá de lo que pudiera cantar porque no tengo ni un sentido de lo que suena bien, aunque los músicos que admiro creo que aún sabiéndose afinados intentan afinar porque le escriben a sus desafinaciones. Por lo que en ese más allá ejerzo mis derechos de autor.

2 Comments:

Blogger Soorikeit said...

cuidado que la confesion no le quita merito a la manipulacion, y nada peor que alguien bajo su propia manipulacion, o peor aun
manipulado por si mismo sin darse cuenta
cuek

1:27 PM  
Blogger pablo rosenzvaig said...

hay otra forma?

1:40 PM  

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