Y sí, seguimos en la oda a la pérdida de tiempo.
Y en estos tiempos de blogs no sólo son publicables las estupideces sino que incluso no tienen otredad editorial.
Google analytics me dice que el domingo pasado entraron a este blog 130 incautos.
Hace 9 dias corté el cable y me puse a leer. Primero libros y después el techo.
Y me di cuenta que no era el mismo. Vi el paso del tiempo encima de mi cama y extrañé demasiado el sleep y el zaping.
La cama ya no se movía y la almohada se reía de mi insomnio. Y las cosas empezaban a llamarme y el sueño ya no se medía ni en 30 60 90 o 120 ni menos en 90 60 90.
Las únicas curvas que distinguía eran ovejas acercándose a la plaza diciéndome que el pueblo unido jamás será vencido.
Todo el problema tal vez está en que se han preocupado tanto de los poetas malditos que han dejado de lado a los malditos que no llegan a ser poetas.
Si Neil Cassidy no hubiera sido amigo de kerouac y todos ellos, nadie lo habría conocido.
¿Y que sucede con los Bartlebys que no llegan ni a esa primera vez que los hace renunciar?
¿Qué pasa con los que realmente prefieren no hacerlo?
El otro día vi el documental de cobain y quedé realmente mal.
Hay gente que lo sigue asociando con el grunge pero es sólo porque no se ha detenido a escuchar lo maravillosamente descolgado que ha dicho por todos lados.
Hasta el día de hoy me preguntaba quien eligió la tapa del nevermind y buscando en Internet me entero que fue Cobain.
¿Esa guagua se ahoga o el billete la lleva a la superficie?
¿Nacemos ya vendidos?
¿El dólar es el idioma universal como la torre de babel?
¿Por qué para algunos hacer implica deshacerse?
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