infanticidio
":::Estando en Bruselas, una tarde de domingo en esa gruta del tesoro que es el Musée des Beaux-Arts, quedé de piedra cuando vi un cuadro con dos títulos: Paysage avec La Chute d'Icare - Landsckap met de Val van Ikaros.
El primer idioma era el francés de todos los días, pero el otro, el flamenco, convertía el nombre en título nobiliario: Val van Ikaros.
Casi antes de verlo supe que iba a ser mi cuadro favorito para siempre"
"...En 1959 yo era director del "Lunes" de La Habana, revista literaria de cierta importancia. Entre sus importaciones hubo un poema de W.H.Auden, el poeta angélico que llevaba en la cara un mapa del infierno, entonces traducido por primera vez al español.
Se titulaba "Musée des Beaux-Arts" y empezaba así:
"Sobre el sufrimiento no se equivocaban/nunca,los Maestros de antaño" Y más adelante seguía diciendo Auden, el maestro de hogaño: "En el Icaro de Brueghel por ejemplo: cómo se desentiende/todo,pausadamente, del desastre; acaso/ el labrador oyera el chapuzón, el grito/ desolado, pero para él no era un fallo importante;/ sobre las blancas piernas que engulle el agua verde/ brilla el sol como siempre. Y la costosa, delicada nave/
que ha tenido que ver un portento: un muchacho/ caer del cielo, debía ir a algún sitio/ y continuó tranquila navegando."
Cuando puse los pies en Bruselas en el tormentoso Invierno(mayúscula por favor) de 1962, no iba pensando en Breughel. Tampoco iba pensando en Auden, cuyo rostro geográfico era ya historia antigua. Iba pensando en un sitio limpio,caliente y bien alumbrado donde pasar la tarde del domingo.
Los cafés eran caros, el cine, como el amor, es para las noches: y la iluminación profusa turba la intensidad de la pasión. Qué tal un Museo, gente?
Teniamos que dar una caminata desde la sofocante pensión Mimosa, por las desoladas avenidas donde montaban atenta guardia los muñecos de nieve.
La modernización concienzuda de Bruselas había conseguido lo que la ocupación nazi no pudo, destruir lo que en tiempos fuera una bella ciudad. La aniquilación de todos los edificios Art Nouveau que creara el Barón Horta para hacer de Bruselas la Capital del Estilo Moderno, mucho antes de que la ciudad floreciese como capital de Europa pero sin estilo, ni moderno ni no moderno, era ya entonces el pan de cada día, sin sal y sin manteca. Después del desayuno venían la Place Stéphanie, La Porte Louise, la Rue des Quatre-Bras, y bajar por la Rue de la Régence para salir al Petit Sablon, una de las plazas más bonitas del mundo, con las figuritas allá arriba que Breughel habría reconocido al instante como otros tantos miembros de las antiguas corporaciones. Y ya, a menos de doscientos metros, el Museo de Bellas Artes, bello él.
Alto! Mire a derecha e izquierda! Va Usted a cruzar la calle Bodenbroek. Si no se fija acabarán doliéndole las muelas.
Voilà! 3,Rue de la Règence. Le Musée des Bozar,ouvert de 10 à 17h.Fermé les lundi ( Lundi si que estaba cerrada por la censura) Entrée 5F. Exonerés de droit d'entrée: invalides de guerre, membres de familles nombreuses, peintres et veuves d'artistes. Aussi l'ancien directeur de Lunes.
Táchese lo último. La nieve engaña los ojos.
También se engañaba Auden. No es verdad que todo el mundo del Icaro se muestra indiferente.Indiferente al sufrimiento sí, pero no al suceso.
El pastor, por lo menos, está mirando más allá de las ovejas. Tampoco su perro se muestra indiferente. Como todos los perros de pastor, se aburre cuando no está disciplinando a las ovejas, y se le nota. En lo que podríamos llamar "Icaro segunda parte"(Probablemente copia de Brueghel el Joven) el pastor no sòlo busca respuesta en el cielo, sino que está apuntando ¡Mirad, mirad! Allá en el cielo: es un ave? Es un angel? No. es el viejo Dédalo que planea sobre la escena de la catástrofe como un padre lejano.
En este Icaro nuestro pastor presta una mínima atencìón al padre volante pero vuelve la espalda al suceso principal, que es Icaro que se ahoga.
El osado joven con arreos de vuelo ha caido entre un galeón,obviamente español, anclado en la bahía y un pescador absorto en las rocas. Ni el marinero ni el pescador se dignan echar una mirada al chico que cayó del cielo. ¡Plaf!
Qué pensaría Icaro mientras se ahogaba? Según un mito popular, al hombre que se ahoga el Gran Productor del cielo le hace ver su vida entera justo antes de ahogarse, como un último pase de película. esta vez el que pensaba era Breughel mientras se ahogaba el joven. Pensaría B en su autorretrato juvenil? Dijo entonces, recordó, escribió el 27 de Abril, en la última anotación de su diario: "Viejo padre, viejo artífice, sé mi apoyo ahora y siempre" Estaría pensando en Dédalo o en el heterónimo Hyeronimus Bosch?
Volvamos al caballete. En el centro del cuadro hay un labrador vestido muy a lo medieval. A alguien se parece mucho. Ya me acuerdo. En un viejo número de Punch había un chiste con un labrador medieval que estaba también arando, vestido exactamente como el labrador del amigo Breughel. A su lado hay un segundo personaje: no un labrador, sino un villano con aire de villanía. Podría ser el pregonero. Viene del pueblo que se ve en el fondo, con su iglesia y su castillo. El villano le está gritando al labrador:"Sabes qué? Hoy es el último día de la Edad Media" El labrador, un Piers Plowman a la flamenca, está ara que te ara su parcela como ara el caballo, nada de bustrófedon. El cuadro en el que siempre estará arando se titula La Caida de Icaro, pero la caída no es más que un incidente secundario, una futesa. Sólo la contempla una perdiz grandísima que la ve con un sólo ojo, a vista de pájaro.
Perdix, perdiz (Breughel se sabía el tema al dedillo), era el nombre que daban los griegos a un joven aprendiz, un ur-Icaro que fue asesinado por Dédalo (porque sabía demasiado, claro).
el anciano artífice tiró al muchacho de cabeza al mar, desde un acantilado. La muerte de Icaro es la venganza de la perdiz. En aquel entonces nadie más que Brueghel sabía qué pintaba esa perdiz en el cuadro.
Salta a la vista que la pintura, tan rica en alusiones, es además una ilustración de un dicho medieval: Nunca se para un arado por alguien que se está muriendo.
Klee declaraba que, al pintar, siempre "sacaba una línea de paseo". Brueghel sacaba de paseo a la pintura. "El arte ocurre" dijo Whistler. No hay prueba más evidente que el arte de Breughel: algo está ocurriendo eternamente.
El decía pintar "naer het leeven", de lo vivo. Pero Icaro cae en un paisaje mental. La caída, suceso mitológico, es lo único real. En los cuadros de Breughel, incluso en sus alegorías, como "La caída de los ángeles rebeldes", siempre hay gente real cayéndose. casi todos son ángeles caídos, pero no es del todo seguro que los ángeles blancos no se estén cayendo también.
A diferencia de Leonardo, a Breughel no le interesa el vuelo sino la dureza de la caída, sea de ángeles o de hombres con alas.
Cartier-Bresson decía que Breughel "captaba el tema en el momento justo". La caída de Icaro es el cuadro donde la cámara incorporada de Brueghel parece haber captado el preciso instante en que Icaro viaja de la inmortalidad junto a su padre volador (Dédalo es su copiloto) a la mortalidad no lejos de Amberes.
Cayó en desgracia con el sol en la era de los dioses para darse un golpe fatal junto a un galeón, en un mar del siglo XVI. Vaya caída. El cuadro expone el hecho, no la ficción, de que todo pasó ahí. Exactamente ahí. ¡Está pasando ahora mismo! Mira cómo cae Icaro. O, en titulares de La Gaceta de Amberes: JOVEN CAE DEL CIELO Y SE MATA:
Cabrera Infante- 1991
1 Comments:
Es como en las películas de héroes (las épicas o las paródicas posmodernas): un individuo excepcionalmente valeroso acaba de salvar al mundo, o de vivir una última aventura que lo ha puesto de cara a la muerte, y toda la gente sigue metida en sus cosas: arando, cosechando, conversando, si acao alguien contará (o pintará) la historia después... Genial el textito de Cabrera! No conocía la pintura, y ahora me la quedo como imagen mental de este día para pensar por la noche, con la cara en la almohada... Saludos
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