Tuesday, February 06, 2007

i know its over



Kadish por los difuntos que aún nos lloran.

Me habían regalado hace cuatro años un disco titulado My sweetheart the drunk, cuatro palabras que ya por sí solas son difíciles de sostener para un músico que no quiera hacer falsas promesas. O como se dice ahora, "que no quiera defraudar a los consumidores".

Si a eso le agregamos, que el autor es de esa gente que te recuerdan a los padres de tus amigos que en algún momento de tu vida te miraron fijamente sin entender mucho y te dijeron con gesto profético: "este chico tiene futuro", empezamos a armar esas pequeñas bombas con las que cuenta el común de la gente y que no sabemos cuando explotarán.

En este caso ocultadas por cuatro largos años y que en algún momento se hacen realidad, mostrándote que no hay cosa peor que darse cuenta que uno en algún lado sabía qué es lo que uno estaba tratando de esquivar con tantas postergaciones y pérdidas momentáneas de ese disco aún cerrado y del que uno no quería hablar ni escuchar ni leer nada. Ese momento de auto olvido que había que cuidar bajo siete llaves y que te llamaba a vivir un poco de costado esquivando los golpes bajos como si fueran pelotazos en la guata.

No sé si a veces hay que ceder a esas cajas de Pandora que pueden demostrarte que hay muertos que uno no puede dejar de llorar, que no permiten cerrar eso que por algo llamamos eso, justamente porque ni las palabras nos permiten decir de qué se trata.

Se que siempre se nos va a morir gente querida, sé que hay muertos que por lo menos para mí están bien muertos, sé que hay vivos que me da lo mismo si siguen respirando, sé muchas cosas que podré contarles en otra ocasión, pero hoy lamentablemente mis palabras irán dirigidas a una sola persona y a una sola ausencia que siempre terminarán a pesar de uno siendo varias.

Se también que hoy hablar de muertos tiene una carga especial por ese Mickey Mouse con armas que sigue demostrando lo dado vuelta que está todo, pero no hay nada nuevo en todo eso salvo algunas "nuevas tecnologías" que están probando lejos de su casa. Lo único nuevo es que hoy el egoísmo se ha apoderado de mí, se ha acostado al lado mío y está a punto de tirarme de la cama. Egoísmo de sostener la cobardía que me hace creer que una muerte así es peor que muchas otras y que hoy estoy dispuesto a atestiguarlo mientras Jeff Buckley no deja de mezclar todo, de hacerme la pregunta de cómo estaba cuando se ahogó, de haber querido ser su amigo o su ángel salvador para no tener que pensar en cuántas circunstancias podrían haber sido distintas para que abrir un disco no sea tanta amargura condensada y tanta lucidez perdida.

Me quedo con la rabia de que justo el que dijo "our mutilation is a gain to the system" se pierda en el mar de los derrotados y pase a ser otro más de los sacrificados que por decir lo que dijeron pagaron el costo de la muerte o la locura.
Por eso en estos momentos dudo de todo y pienso que hay gente que muere por nosotros cuando el nosotros es cada vez menos claro y me hace pensar que el mundo es para los ganadores, para los que calculan cada uno de sus actos con un cerebro que simplifica más de la cuenta.

Me pregunto cuándo empezamos a ver las cosas en términos de números y categorías. Qué día fue que simplificamos la belleza en un 90 60 90 o cuándo en vez de escuchar y poder sorprendernos dijimos post rock, techhouse o electroclash.

Me acuerdo de Picasso (y lo cito para darle a esta columna un aire más intelectual) cuando dijo: vendo lo que pinto, no pinto lo que vendo y pienso en lo difícil que es separar la música de su imagen o de la identidad que puede proveerte ser seguidor de tal o cual grupo y trato de creer que estoy más allá de eso.

La verdad es que no lo sé y que sólo tengo la tranquilidad de que puedo compartirlo, de que no estoy acá para escribir certezas sino dudas, las mismas que le sigo envidiando al gran jeff que nunca me conoció pero que fue capaz de mezclar todo a su antojo para mostrarnos que aún no sabemos nada y que lo poco que sabemos nos mantiene con vida y con ganas de hablar de eso.

Salud a todos y salud al que ya no la tiene.

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