Tuesday, May 16, 2006

Valentin

Aunque no me lo crea ni yo y tal vez lo escriba para que si lo leo afuera me lo crea un poco, estoy cansado del peso que el pasado tiene en mí.
Estoy cansado de que las cosas que quiero se mueran.
Estoy cansado de que lo que se muere sea una excusa para no vivir de otra forma.
Estoy cansado de que mi blog nunca sea lo que quiero y que justamente sea lo que se me escapa.
Estoy asqueado de que lo que suena a lamentación no lo sea y no pueda explicarlo bien.
Estoy triste de que no pueda aceptar que se me murió definitivamente un perro que se murio y se rie del "se me".
La muerte es tan terrible que no tiene propiedad.
Se murió un perro que amé profundamente y que debiera enseñarme o cachetearme con lo que significa vivir, ya que siento que su muerte es también un poco de lo que debiera morir definitivamente en mí.
Me asquea recordar su cara de miedo y no su desparpajo contra el mundo. Su amor por los basureros que al fin y al cabo fue su manera de recordarme que no era mio sino de la calle.
Su odio por los diagnósticos que cuando le dijeron que no volvería a caminar recriminó acompañándome a trotar y corriendo a cada basurero que pasaba por el pasaje.
Su odio por lo que yo pensaba como mejor para él y él cuestionaba con su naturaleza hermosa.
Su tremendo coraje para vivir como pudiera y mover la cola aunque le doliera.
Sé que me importa un pico hacer una apología de un perro como si a él le importara que intentara explicar algo y también sé, con un dejo de psicopatía, que a él le gustaría que no me importara la imagen de Pablo Herrera que ahora cargo.
Intento solamente hacer algo con esa imagen que me quedó de su cara de terror ante lo que él no sabía que era un tumor y que lo terminó matando. No quiero quedarme con eso por lo que esto es una idiota forma de recordarlo de otra manera.
Suerte, hermoso. Y ojalá que si hay un más allá, se parezca al basurero municipal.

5 Comments:

Blogger g.scott said...

no se q decirte. Una vez me dijeron que sufren mas los que se quedan que el que se va.
Anoche vi una peli en cinemax sobre un trampero en alaska que pierde su perro pero le regalan otro que en un principio el detesta. Luego este perro le salva la vida. Nadie es recicable pero hay mucho perro homeless que te puede acompañar a trotar.
ojala que valentin ahora se este revuolcando en mierda.
Saludos

7:19 PM  
Blogger tuerten said...

Pese a que de verdad me conmueven tus palabras, voy a regirme por ese principio utilitarista que rige tanto en el desamor (cuando una mujer se nos desinfla en las manos) como en zoofilico afecto que tenemos los seres sensibles enemos hacia esos buenos amigos: adquiere otro(a).

3:48 PM  
Blogger Unknown said...

Yo tenía un gato, que no se murió, sólo se fue, me dejó, por voluntad propia (si es que tal cosa es posible). Nunca lo lamenté porque parte central de su gatunidad era poder partir cuando se le antojara, pero nunca más quise tener un gato.

7:59 AM  
Blogger Soorikeit said...

el perro que tenaiainmediatemente antes que el de now (hace un año y tal), la noche antes de morir me vio llegar a las 5 am, de un carrete... me miro fijo como preguntandome si setaba yo bioen , si se podia acostar tranquilo ya...lo acaricie (nunca lo hacia) al despertar yo ya estaba helado en el patio, a media sombra bajo los paltos... solo me acuerdo que se despidio al llegar

1:24 AM  
Blogger Unknown said...

ese último comentario me dio unos muy reales escalofríos. Qué atroz es cuando los lugares comunes se hacen realidad

8:48 PM  

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